martes, 28 de agosto de 2012

Hechizo de lluvia de estrellas


La luna bruja está derramando
sus pelos morenos,
empapados.

Bajo ellos me doy cuenta,
en su aroma está claro,
que la senda sigue
aunque el antes esté quemado.

Y me apetece devorar
su vientre,
como la cocaína, blanco.
Y volar,
 sin nada en mí raro.

Sin conservantes ni colorantes,
un futuro sin palos,
guardando la pureza
de aquellos que están extraviados.

Sigo oyendo vuestra música,
vientos,
sin vosotros sólo respiro
panoramas viciados.

Y aquí estoy, hasta allí de momento
he llegado,
y si no vuelvo, fue un placer,
encantado.

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