miércoles, 5 de junio de 2013

En el tiempo de la lechuza

No te vas a dormir nunca, ¿no?
Sólo haces como que cierras los ojos unas pocas horas
Y así el día, lo vives en sueños.

Lechuza blanca más que  búha cansada,
que sólo t
ienes 5 minutos de juegos para mí
cuando se va la luz del fuego,
y pasa a empaparse lo artificial en mi cara.

Como una conversación a trozos que nunca acaba,
cazas en la madrugada.
Sonriente por la gloria y porque te extrañaba.

Y  cuando admitimos nuestra victoriosa derrota,
nos mordemos más allá del tiempo,
de la carne,
pedacito a pedacito,
cachito a cacho,
disfrutando nuestra comida favorita,
el delicioso hallazgo.
Imaginamos jugar al 3 en raya en nuestra piel,
olemos la esencia de nuestra comida
mezclado con el aroma de nuestros cabellos,
experimentando nuestros recovecos.

Y sólo acariciarte, me es imposible.
Y sólo acariciarte, una vez querría,
pero escurridiza escapas antes del segundo,
que queda en segundo puesto,
porque casi siempre, ganas.


Pero llegará lo sé, la hora
en que te eches y desaparezcas.
Y lo más posible es que no vuelva a ver tú luna
y tus estrellas que en tan poco tiempo,  se han hecho mías