sábado, 28 de mayo de 2011

Oscura danza del deseo (flamenca dama)

Quieta. Inmutable. Pétrea. Bajo una tenue luz estaba ella. Con un traje negro en una posición prisionera que mantenía como atada por gruesos hilos de acero invisibles.
De pronto la melodía suave de una guitarra arrancó por bulerías. Los hilos que la sujetaban se rompieron al instante, entre movimientos de una fina brusquedad al compás que podrían mover la mar si le dieran el tiempo suficiente.
Entonces de repente, una voz rota y dolida como aquella que ha ganado la experiencia a base de palos quiebra la melodía de la guitarra y acompaña los zapatazos, para al instante, remendar todo los sonidos en un mundo de dolorido sentío.

En los movimientos de ella puedo percibir la angustia de cada palabra pronunciada, de cada rasgueo en la guitarra y es un corazón infinito el que se refleja en el martilleo inconstante del zapato sobre la madera.

Izquierda, pase, saludo, cante, derecha, desecho, avance, malherido… nada será nunca como antes.
Un golpe seco al suelo pone punto y final a todo sonido que pudiera haber en la sala. Su posición, ahora de perfil, con el cuello tenso, una mirada de reojo y el resto de la cara torcida muestra que ella fue prisionera, que por cualquier cosa, puede volver a serlo. Pero ahora no, ahora… no.

Ella es libre y yo de rodillas, soy su humilde esclavo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Muñeco hinchable: La increíble historia de un hombre hecho de aire

El cómo comenzar esta historia es algo que me descoloca, aunque sea algo que me acaba de ocurrir, aún dudo si ha pasado de verdad. Lo que voy a relataros ahora, no sé si fue producto de un sueño, el cansancio o la simple enajenación a la que se llega cuando te aburres y dejas que la imaginación vuele. Ya dudo hasta de mí mismo si os soy sincero.
La cosa es que estando en el hipermercado (cualquiera que penséis me sirve, es irrelevante la empresa), he visto algo que me ha dejado tan tocado que he venido expresamente a contároslo. Es algo que verás, me ha parecido verlo con mis propios ojos y sentirlo con todo el cuerpo, aún me cuesta creérmelo. Vi a una mujer hablando con un muñeco hinchable vestido como un dependiente del sitio. Que sí, que sí de verdad no os vayáis. ¡Es verdad! ¡Lo juro! Le preguntaba sobre un producto en concreto, toda concentrada, de vez en cuando dejaba pasar una risa, y se fue directa a pagarlo a caja como si eso fuera lo más normal del mundo.

En ese momento, y conmigo alucinando, llegó un hombre desde la nada como aparecido desde una máquina que transportara gente y cosas desde otro universo. Más boquiabierto que antes me quedé. Era muy parecido al muñeco, incluso con la misma ropa de vendedor. El tío como si nada, apartó el muñeco debajo del mostrador y se puso a bostezar apoyado en el mismo. Era la persona más anodina e insulsa que te puedas imaginar. Nada llamativo, nada destacable, todo él era muy sencillo, incluso podía a llegar soso y parecer que no tuviera ninguna gracia.
Pero la curiosidad me mataba, así que corriendo me fui a preguntar, lógicamente, que demonios había ocurrido, no sin cierta sensación inicial de que allí no había nada raro, o que realmente, ahí no había nada ni nadie. Pero me limite a ignorar los instintos y a seguir más a la curiosidad.

-¿Eres real? ¿Vienes de otro planeta? – fui al grano, la sutileza nunca fue mi mejor punto.
El tío primero me miró sorprendido para luego descojonarse. Cuando se calmó me dijo:

-Sí, claro, sin duda. Pero soy de esas personas, que están tan vacías por dentro, que no se les nota en ningún lugar. Que pasan de nosotros y nosotros pasamos de todo. De vez en cuando sale alguno como tú que se da cuenta de nuestra presencia. Y nos dicen que aparecemos con el aire, o como tú que te crees que soy de la nebulosa de su madre, una risa. No es que desaparezcamos como magos, es que simplemente no nos notan.

-Esto… lo puedo entender – mentía, era obvio, me quería hacer el inteligente y abierto a cualquier idea – pero y lo de la mujer que hablaba con el muñeco, ¿es un robot? ¿ Tiene algún aparato que engañe a la mente humana? – El por su parte se rió aún más de mí.

-No, no, no… nada de eso –contestó- la gente por lo general, lo poco que sé, son egocéntricos y van a lo suyo. Frente a alguien vacio como yo que no existe en el plano social, bueno, se dejan llevar, hablan y hablar para rellenar el espacio, y no distinguen a la larga a una persona así de un simple muñeco. Ellos ya van contentos con sus propias ideas e historias. Y se deja llevar por cualquier cosa a su alrededor, al estar esto lleno de ofertas y publicidad caen como moscas. Así es como soy el mejor vendedor de la tienda.

-Si se lo que me cuentas, eso de sentirse como invisible, a mí una vez… - empecé a contarle una historia que me ocurrió en una fiesta donde no conocía a nadie y la gente no era muy acogedora. Pero no debió de gustarle mucho porque cuando me di cuenta, estaba hablando con el muñeco. Y yo iba de camino a la caja con un par de productos bajo el brazo. ¡¿Cuándo lo hizo?!

martes, 10 de mayo de 2011

Desagradable y Agradable

El olor a plástico quemado juntándose con el de la aceituna de estercolero machada. Sudor de otra persona impregnado en el cristal junto a tu cara. Una carta de despido. El mensaje odioso de una mala ex. Los restos putrefactos de una olla sucia llena de miles de moscas diminutas a lado de bolsas de basuras orgánicas llenas y viejas. Una patada en tus partes. El sabor del alquitrán que no se va de los labios durante horas. La conversación de unos niñatos con el móvil puesto de fondo con música horrible. Una discusión sin fundamento por ninguna de las partes. Un erizo muerto siendo devorado por las hormigas. El montón de fosfoyesos. La peor resaca del mundo.

Piensa algo agradable ahora si tienes cojones.

Pues sí los tengo.

La canela. Una buena película de madrugada. Acordarte de la palabra que estabas buscando. La sensación de la arena y la temperatura aún cálida cuando entierras los pies mientras anochece. La ruta eterna de mi bella Luna. Perder un juego por poco o ganar por mucho. Su piel junto a la mía. El aire frío de la noche en la cara que no tapa la palestina. Comer bien hasta reventar. Una noche inesperada. El humo saliendo por la boca y fundiéndose con el aire. Cantar en la ducha. Sexo recién levantado sin haberse dicho ni una sola palabra. Levantarse sonriendo sin saber el porqué. Que no se te vaya del cuerpo la canción que te ronda. Disfrazarse sin motivo. Una botella de mistela.

Vaso medio lleno o medio vacío. Ser feliz o salir todo desastroso. Aunque pensándolo mejor más bien término medio de ambas cosas diría yo, tanto del blanco como del negro. Si quieres elegir elige, pero para mí, que con grises se dibuja en el juego de la vida.

sábado, 7 de mayo de 2011

Poema de Mierda

Siento que estás en mi otra vez
tu roce es suave y ardiente
tan profundo, tu tacto
tan dulce, tan sugerente.

Estás en lo más profundo de mi ser
puedo notar cómo eres
y de forma completa te puedo ver
sin tapujos, ni pudores.

Te vas moviendo, lentamente
no tengo otro remedio que estremecerme
sabes cómo dar con mi punto clave
sabes… como convencerme.

Por la nuca un escalofrío,
tiemblo desde la cabeza a los pies
una sonrisa de oreja a oreja
esto es puro placer.

Con un gran estallido
hemos acabado
que bien sentaría un cigarro
aquí sentado en el excusado.

Porque, claro, el cagar
es una cosa que vuelve la cabeza loca
todos los días la misma cita
mañana te veo de nuevo señor Roca.