La eterna noche me devolvió mi otoño
tan olvidado, tan mío.
Entre sus pedregosas cuestas
te encontré tirado
¿dónde te había perdido?
Te hiciste tan mayor
que apenas si te reconozco
pero quien sino me iba a dibujar,
bajo la caída de incontables hojas.
la canción de mi mismo.
En callejuelas de aromas verdes
pude ver otra vez
los colores olvidados
en tu tatuaje mas oculto,
hecho en esa porosa piel
desgastada como la acera,
era un diablo abrazando a un espejo.
Aunque todo sigue siendo un sinsentido
miro, sin ganas, espero, lo prohibido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario