Para Bea y Javi por ayudarme a sobrevivir.
El hacha con la que rajaba el cuello de mi padre me pareció muy ligera. Más de lo que pensé en un principio Tuve razón al elegirla como arma. Separé con facilidad de un golpe seco la cabeza del cuerpo. No dejaba de pensar en el profundo acto de amor que estaba haciendo, las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.
Su cuerpo aún se movía a base de reflejos y su cabeza no rodó lo que me hubiera imaginado. Las películas influyen demasiado en el pensamiento de la gente.
Ahora tocaba mi madre. Debía matarla antes de que pudiera darse cuenta y defenderse.
Tenía que hacerlo no me quedaba otra opción eran ellos o yo, luego iría el resto de la familia.
Realmente, tuve serías complicaciones al enfrentarme a esta situación, serios debates morales y éticos conmigo mismo sobre si estaba mal o bien el tener que cargarme uno a uno a todos los miembros de la familia, pero era algo que debía hacerse, eliminar a las personas que una vez quisiste, que amaste, que reíste con ellas. No había otro remedio.
Fui más rápido que mi madre, y en un momento de su despiste mientras avanzaba sin rumbo en la oscuridad por el salón, clavé el hacha en su espalda y una vez en el suelo, repetí la operación con su cabeza. Lo sentía tanto como lo sentí con mi padre.
El resto de mi familia fue algo más llevadero, si esto, era posible. Mis hermanos y mi tía que también estaba en la casa en ese momento fueron alimento de carne putrefacta para mi hacha. Cuando realmente, no hubo nadie en pie dentro de la casa pude descansar tranquilo.
Ahora tan sólo me quedaba vivir en soledad, no era un plato de buen gusto tener que pasar el resto de tus días solo, sin nadie teniendo que subsistir por tí mismo. Pero ellos, creo que hubieran querido que llegados a ese punto, acabase lo más rápidamente con ellos, antes de que hicieran daño a alguien más.Tenía que ser fuerte, tenía que serlo.
Nunca crees que los zombis puedan existir, hasta que un día sin más, aparecen en tu vida.
El hacha con la que rajaba el cuello de mi padre me pareció muy ligera. Más de lo que pensé en un principio Tuve razón al elegirla como arma. Separé con facilidad de un golpe seco la cabeza del cuerpo. No dejaba de pensar en el profundo acto de amor que estaba haciendo, las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.
Su cuerpo aún se movía a base de reflejos y su cabeza no rodó lo que me hubiera imaginado. Las películas influyen demasiado en el pensamiento de la gente.
Ahora tocaba mi madre. Debía matarla antes de que pudiera darse cuenta y defenderse.
Tenía que hacerlo no me quedaba otra opción eran ellos o yo, luego iría el resto de la familia.
Realmente, tuve serías complicaciones al enfrentarme a esta situación, serios debates morales y éticos conmigo mismo sobre si estaba mal o bien el tener que cargarme uno a uno a todos los miembros de la familia, pero era algo que debía hacerse, eliminar a las personas que una vez quisiste, que amaste, que reíste con ellas. No había otro remedio.
Fui más rápido que mi madre, y en un momento de su despiste mientras avanzaba sin rumbo en la oscuridad por el salón, clavé el hacha en su espalda y una vez en el suelo, repetí la operación con su cabeza. Lo sentía tanto como lo sentí con mi padre.
El resto de mi familia fue algo más llevadero, si esto, era posible. Mis hermanos y mi tía que también estaba en la casa en ese momento fueron alimento de carne putrefacta para mi hacha. Cuando realmente, no hubo nadie en pie dentro de la casa pude descansar tranquilo.
Ahora tan sólo me quedaba vivir en soledad, no era un plato de buen gusto tener que pasar el resto de tus días solo, sin nadie teniendo que subsistir por tí mismo. Pero ellos, creo que hubieran querido que llegados a ese punto, acabase lo más rápidamente con ellos, antes de que hicieran daño a alguien más.Tenía que ser fuerte, tenía que serlo.
Nunca crees que los zombis puedan existir, hasta que un día sin más, aparecen en tu vida.
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