viernes, 5 de septiembre de 2014

NO SÉ PORQUE EXTRAÑABA LA LLUVIA

No sé porque extrañaba la lluvia.

La mayoría se levanta
tras una cortina de tímidas gotas,
y les miro curioso y somnoliento,
¿a dónde irán?

La poca luz empapa las paredes
ásperas,
las vuelve nata.

Comienza una enorme tormenta,
y con su cantar me voy quedando dormido.

Fue una madrugada larga,
ahora la acera las habitan paraguas
y caigo en sueño,  me caigo,
caigo…

No temo al trueno
sino al rayo que vendrá
tras ese segundo futuro,
que me da aún más miedo.


Y sin embargo, el rocío mañanero,
me susurra que hice bien,
que me quiere…

Y yo imbécil, no sé si me lo merezco. 

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