miércoles, 2 de marzo de 2011

La historia se repite, se repite la historia.

El cascarón del huevo se abrirá como el capullo de la flor, la luna saldrá cada noche al igual que el coche se saltará el semáforo en ámbar.
Porque la vida se compone de continúas analogías, metáforas que observamos, que retenemos y nos condicionan. A veces sólo parecidas, otras idénticas.


Quizás es que no hay nada nuevo bajo el sol, quizás no lo buscamos o más bien nos obcecamos tanto que atraemos las historias hacia nosotros, en una repetición constante.

Al menos, yo, no dejaré de buscar estímulos nuevos. Hay que avanzar en este mundo de rutina, hastío y continuas repeticiones. ¿Funcionará?

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